El proyecto dirigido por Natalia Égüez de la Universidad de La Laguna (Tenerife) es una colaboración entre esta institución, el Museo Nacional de Mongolia y el Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) de Tarragona. Además, participan investigadores de la Institució Milà i Fontanals de Recerca en Humanitats del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMF-CSIC) en Barcelona, la Western Kentucky University (EEUU) y la Universidad de Oulu (Finlandia).
Mongolia es un país en el que la mitad de su población depende directa o indirectamente de la economía de pastoreo para su subsistencia, con desplazamientos estacionales como estrategia básica para el manejo de sus rebaños. Actualmente, a pesar de la disminución de la movilidad nómada, que se ha visto reducida de 7 u 8 veces al año a 3 o 4 en una década, su estilo de vida no ha variado desde hace al menos cinco milenios.
La Edad de Bronce en Mongolia (3000-700 a.C.) es un período de gran interacción social e importantes transformaciones, como por ejemplo son la domesticación del caballo y la transición a la ganadería plena a través del desarrollo del pastoreo montado. Es en este momento cundo surgen los complejos funerarios ceremoniales conocidos como Deer Stone Khirigsuur (DSK), sugiriendo que son las comunidades nómadas las que van a articular por primera vez el territorio y construir un paisaje cultural basado en la creación de grandes monumentos funerarios. La amplia distribución de estos monumentos indica un conocimiento compartido entre individuos con un nivel de intensificación y complejidad sociopolítica desconocido hasta entonces en la estepa oriental asiática.
Los estudios de los complejos DSK se han estudiado en relación a sus fechas y modos de construcción, pero el proyecto busca entender el modo de vida de las personas que los construyeron en su contexto paleoambiental preciso, conocer sus prácticas ganaderas y su movilidad en el territorio. Primero localizando y luego estudiando los campamentos nómadas del pasado, el proyecto analiza los restos microscópicos y moleculares de los sedimentos y fragmentos de cerámicas recuperados a través una metodología multiproxy que integra análisis como la micromorfología de sedimentos, los isótopos estables de compuestos, análisis lipídicos y de carbones y fitolitos. Además, se realizan estudios geoespaciales del territorio con análisis de imágenes de satélite y arqueología computacional.
La falta de exploraciones sistemáticas, en parte por las investigaciones sesgadas hacia los contextos funerarios, no han tenido en cuenta la evidencia arqueológica de los espacios domésticos. La prospección y excavación de campamentos domésticos aportará nuevos datos para entender de una manera más completa este período y ayudará a contextualizar los cambios socioeconómicos en el mundo cotidiano de la cultura DSK.
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